domingo, 17 de enero de 2010

Volverá a pasar.

Me cuesta muchísimo poner atención en las cosas que no pasan, en las cosas que simplemente son. Me concentro y saco conclusiones que se caen rápidamente, me es muy fácil pensar que es estúpido mirarme el ombligo y que es igualmente estúpido centrarse en el ombligo de los demás.

Es facilísimo dormirme sacando la conclusión de que todo está sin terminar y de que esto va a ser así siempre. Otras veces lo veo todo claro.

En Oporto las gaviotas se dejaban llevar por la corriente y cuando llegaban a un punto determinado echaban a volar para volver al principio. De nuevo se dejaban llevar y de nuevo volvían.

Sentí un escalofrío inmenso al darme cuenta. Por la noche me dormí contando días, y me desperté con el contador a cero.

jueves, 7 de enero de 2010

Señora cabeza.

Por mas que ella piense que en su interior hay una parte que, empeñada en permanecer de la mano del pasado, está podrida, no tengo mas que echar un vistazo a las extrañas, preciosas y precisas ideas que le surgen de ahí dentro para darme cuenta de que es una de las pocas personas capaces de cambiar a una persona como yo, obcecado la mayor parte del tiempo, haciendo que todo resulte mas simple, o quizás no, quizás mas complicado, y nosotros ahí en medio, tejiendo una cortina que tape tanta complicación por un rato.

Porque de eso se trata con ella, de ratos. De ratos que se suman a mas ratos, que forman meses, que forman años, que son momentos, como al principio.

Las grandes historias no se fuerzan. No estoy muy seguro de si hay que esperar a saberlo, o se sabe desde un principio. Tampoco tiene importancia. Esto es una gran historia. Enorme, como sus pensamientos. Los que ya existen y los que están por venir.

lunes, 4 de enero de 2010

Comienzo

Todo empezó viajando. Viajando y tragando Dramamina.