jueves, 7 de enero de 2010

Señora cabeza.

Por mas que ella piense que en su interior hay una parte que, empeñada en permanecer de la mano del pasado, está podrida, no tengo mas que echar un vistazo a las extrañas, preciosas y precisas ideas que le surgen de ahí dentro para darme cuenta de que es una de las pocas personas capaces de cambiar a una persona como yo, obcecado la mayor parte del tiempo, haciendo que todo resulte mas simple, o quizás no, quizás mas complicado, y nosotros ahí en medio, tejiendo una cortina que tape tanta complicación por un rato.

Porque de eso se trata con ella, de ratos. De ratos que se suman a mas ratos, que forman meses, que forman años, que son momentos, como al principio.

Las grandes historias no se fuerzan. No estoy muy seguro de si hay que esperar a saberlo, o se sabe desde un principio. Tampoco tiene importancia. Esto es una gran historia. Enorme, como sus pensamientos. Los que ya existen y los que están por venir.

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