Me cuesta muchísimo poner atención en las cosas que no pasan, en las cosas que simplemente son. Me concentro y saco conclusiones que se caen rápidamente, me es muy fácil pensar que es estúpido mirarme el ombligo y que es igualmente estúpido centrarse en el ombligo de los demás.
Es facilísimo dormirme sacando la conclusión de que todo está sin terminar y de que esto va a ser así siempre. Otras veces lo veo todo claro.
En Oporto las gaviotas se dejaban llevar por la corriente y cuando llegaban a un punto determinado echaban a volar para volver al principio. De nuevo se dejaban llevar y de nuevo volvían.
Sentí un escalofrío inmenso al darme cuenta. Por la noche me dormí contando días, y me desperté con el contador a cero.
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Ahora empieza a contar gaviotas. Que van y viene. Y vuelven al principio.
ResponderEliminarnuestro recorrido, como el de las gaviotas tiene forma de círculo, las cosas vienen y van pero siempre vuelven al mismo punto de partida, es así, yo hace tiempo que lo asumí.. es dificil poner el contador a 0; solo algunos privilegiados consiguen salirse de ese círculo..
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